MyRey en Gáldar

Un buen lugar para comerte un buen cachopo. Lo recomiendo bastante por la zona en la que se encuentra, la calidad de la comida y sobretodo el servicio. Pedimos una sorpresa de queso, unas morcillas y un cachopo. De postre pedimos una tarta de turrón, que para mi gusto deben de mejorarlo, prácticamente no sabe a nada. Pero en general bastante contento con el sitio. Repetiré sin duda.

Sin duda uno de los mejores cachopos que he comido en Gran Canaria. Volvería sin duda para repetir. De entrante pedimos carmelita de pulpo, que nos gustó menos. La próxima vez pediría otro entrante.

Espectacular, los camareros muy amables y la comida riquisima La sorpresa de queso es un acierto como una catedral! Si te gusta el cambio de dulce salado las albóndigas con salsa de pera son perfectas para ti. El cachopo estaba rico, pero el Codillo SUPERIOR Aprox 25 por persona Repetiré sin ninguna duda!!!

Muy rico, una experiencia gastronómica diferente, vale la pena

Está a muy poco de rozar la perfección... el problema es que lo poco es lo más importante. El local es muy bonito, acogedor, el techo original, es muy agradable, así como su servicio que es bastante atento. Las pegas vienen de la comida: Coquetas de langostinos y de jamón variadas, con una bechamel muy bien hecha, muy rica, perfectamente cremosa, rebozado perfecto... pero en la que solo destaca por encima del que debería ser el ingrediente principal. Tanto asi, que casi no se distingue ni el jamón ni los langostinos, e incluso ambas croquetas parecen la misma, porque solo saben a bechamel. Una pena. El cachopo, súper tierno, muy sabroso, grande... pero el rebozado sin crujiente ninguno, hecho una especie de pasta que lo recubre por la falta de fuego y aceite. El rebozado es una de las cosas más importantes en un cachopo. Además falto totalmente de sal. Los postres, casi con total seguridad que no están hechos por ellos, son comprados a alguna pastelería cercana. Se notan más industriales que artesanos, la base de plástico desvela claramente que no son hechos en el local, y además bastante insulsos. Tres postres diferentes, una tartaleta de maracuya (de la cual no se percibe maracuya ninguno porque predomina más la crema o nata), y dos más de tres chocolates y mascarpone que saben las tres totalmente iguales. Todo esto hace que lo que podría hacer un restaurante perfecto, acabe convertido en uno más, con una relación calidad precio que no se corresponde, con la sensación de no querer darle una nueva oportunidad. Además por lo leído en otros comentarios, alguno más coincide con lo que digo, y los tres que cenamos esa noche pensamos exactamente lo mismo. Espero que esto les sirva para mejorar y poder convertirse en un restaurante de referencia.

Nos atendieron enseguida y fueron muy amables. La comida estaba riquísima, salía rápido de cocina y, además, ponen bastante cantidad en los platos. *Añado platos de una segunda vez que fuimos, de nuevo muy buena experiencia.

Creo que ha bajado con respeto a la última visita. No se puede bajar la guardia

El servicio muy lento tardan mucho tiempo en traer los platos por lo demás bastante bien