Bagá en Jaén

Hoy he visitado el Bagá. En un ambiente íntimo y cercano, sin caer en el compadreo, envueltos en suaves y amables melodías evocadoras de la chanson, country, blues, música española y más, he disfrutado de la magia que se produce en este espacio gastronómico, porque no es un restaurante al uso, es una "Sala" donde te van presentando una serie de obras de arte, a cual más original, en lo gustativo y en lo visual. Una explosión de sabores donde se dan la mano la cocina tradicional y la vanguardia para sorprenderte en cada ocasión. Sabores frescos y originales con un regusto que se iba difuminado hasta la llegada del siguiente y sorprendente pase. Pedro hace magia en su cocina, cada plato es un reloj con una esfera bella y sencilla, y una compleja maquinaria que no se ve pero que está ahí. Casi dos horas donde hemos saboreado el paraíso. Gracias a Pedro y a su equipo.

Restaurante muy pequeñito con espacio máximo para 8 comensales. La propuesta gastronómica es muy minimalista y original, dos ingredientes por plato. El menú va cambiando cada mes. Nosotros disfrutamos la propuesta de abril. Todo es muy de alta cocina pero en realidad lo que más destacan son los fondos y las salsas que están increíbles. De todo lo que comimos me gustaron especialmente el tocino con rosa, la vaca con vainilla y los callos de bacalao, todo con mucho sabor y con unos contrastes muy llamativos. Yo no puedo comer tomate y el plato con agua de tomate me lo sustituyeron por agua de calabacín, con un resultado muy bueno también. Un lugar muy interesante para probar cosas nuevas y darte un caprichito comiendo cosas que no vas a encontrar en ningún otro lugar.

Disfrute menú de degustación del mes Abril. Un auténtico placer, donde intervienen casi todos los sentidos. Platos elaborados y presentados con delicadeza, productos frescos y cercanos. Extensa y buena bodega. Ambiente acogedor y tranquilo. Detallazo, plato especial para nuestro peque e invitación de la casa. Buen servicio, atento y sin agobios. Recomendable.

El restaurante es acogedor , dos mesas y cuatro comensales en barra, tienen un excelente equipo, con unos 16 platos de degustación lleno de atenciones, a destacar entre otros el plato de quisquillas, el tocino con rosas, la carne de vaca y el huevo con coco, todos muy originales y llenos de sabores y texturas a descubrir por el paladar, realmente disfrutas de un momento único...

Esta gente está en el siguiente nivel de creatividad gastronómica. Ya no solo por lo curioso del local tan pequeño y agradable, sino por la manera de combinar los sabores en cada plato, el equilibrio, la sopresa, la emoción... Sencillamente sublime. Una experiencia que recordaré por mucho tiempo y que recomiendo encarecidamente probar. Destaco muy positivamente la rapidez del servicio y los pases.

Maravilloso, indescriptible. Platos exquisitos, originales, elaborados con delicadeza. Frescos, sabores unicos. Sin duda un restaurante que bien ostenta su estrella michelin. Muy merecida.

Realmente es una pasada. Los sabores y la autenticidad de la propuesta. Nos encantó y estuvo por encima de las expectativas que estuve cultivando durante varios años. Quizá se me pasó demasiado rápido, pedimos la cuenta hora y media después de sentarnos. Habiendo vertebrado este mes entorno a este homenaje se hace corto!

Ha sido toda una buena experiencia. De momento la mejor comida del año 24. Menos es siempre más. Pleno de sabores. Magnífico todo. No dejen de ir a este pequeño Gran Templo de la Buena Cocina.

Muy grande lo de "Pedrito" llevando a su Bagá al cuarto puesto europeo de OAD ... y es que menos es más, minimalismo en el espacio, la mesa y el producto (del más sencillo al de mayor lujo), elaboraciones que combinan vanguardia de técnicas con conceptos tradicionales, equilibrio de sabores y sensaciones, cercanía al #umami Muy de la tierra, de la suya, recubierto todo con cariño e intensidad gastronómica. Experiencia excepcional y una gran RCP, una de las mejores. Absolutamente recomendable, pero pensad que sólo caben 8 - 10 comensales ... reserva imprescindible con tiempo. Una ⭐️, Dos 🌞, se me queda corto. Difícil de superar.

Pedro Sánchez ha querido romper todos los esquemas de los menús degustación que se suelen hacer en casi todos los restaurantes, no solamente de España sino diría del mundo y lo ha hecho por partida doble, en primer lugar la mayoría de los platos del menú tienen dos ingredientes principales, ingredientes en muchos casos antagónicos pero que en el plato van cogidos de la mano en una armonía sorprendente y difícil de superar. En segundo lugar huye de la estructura típica de los menús degustación introduciendo platos dulces en la primera parte del menú , con el espectacular coco/almendra/piña/albahaca, que recuerda al ajoblanco y a la piña colada, y platos no tan dulces al final, con el rompedor lechuga/nata, algo que, por otra parte, ya hizo Ferran Adriá hace más de 20 años. Platos que gustarán más o menos en función de los gustos personales, del rodaje anterior en otros restaurantes y sobre todo de la predisposición a la que se vaya. Está claro que hay que saber dónde te metes. Si no te gustan los "experimentos" no te molestes en reservar. Los platos van saliendo de uno de uno sin prisa pero sin pausa. Platos que se van elaborando en la pequeñísima cocina casi como por arte de magia. El único aspecto negativo es que no nos sacaron dos platos del menú que había en la carta y solo fue sustituido uno de ellos. De visita imprescindible y recomendable reservar con meses de antelación