Restaurante La Tomasa en Villalbilla de Burgos

Fuimos a probar los caracoles y superaron ampliamente nuestras expectativas, repetiremos.

Recomiendo los entrantes de boletus y croquetas de jamón, de platos la lengua estofada y de postres la torrija. Pedimos varias cosas para compartir 5 personas: 5 entrantes (boletus, picadillo, croquetas jamón, croquetas chipirones y callos) 1 plato (lengua estofada) y 4 postres (tarta queso, tarta whisky, cuajada y torrijas) y quedamos muy bien de cantidad. La comida es de buena calidad y sabrosa. Ponen mucha cantidad de pan y está muy muy bueno. Lo único que me ha parecido raro es que para la cuajada en vez de poner miel en monodosis han puesto un bote de miel grande ya abierto. El personal es muy amable y asesora bien con los platos, a pesar de que son muy pocos y se nota que no les da tiempo a hacer todo. Muchas mesas hablaron mal a los camareros por el tiempo de espera... Sin embargo está claro que la culpa es la falta de personal. A nosotros nos atendieron muy bien. Hay que bajar a la barra a pagar y tienen un descontrol enorme de las cuentas porque todo lo hacen a mano... Deberían telematizarse un poco yo creo para agilizar los pedidos y que los camareros no tengan tanta carga de trabajo...

El restaurante de pueblo de toda la vida, pero a un nivel superior. Genial

Todo un acierto. Muy recomendable, todo lo que pedimos estaba riquísimo y buen servicio

Comida casera a buen precio. Menú del día. Sitio de los de toda la vida. Muy recomendable

Comida casera muy rica y tradicional. El espacio un poco pequeño y el servicio un pelín lento.

Comida casera estupenda. Muy buen servicio y muy buen precio.

Comida casera muy muy buena calidad y el trato excelente, recomendable, parada obligatoria cuando te acerques a Zamora. Personal muy atento. Estaba el restaurante lleno y no hizo un hueco para comer y la verdad q es un lugar para recomendar

Buena comida tradicional burgalesa, morcilla para perder el sentido. Carnes al punto. Magnífico servicio. Ambiente popular

Hemos ido porque habíamos oído hablar muy bien de este sitio, reseñas en los periódicos, etc, y la verdad que no sé si ha sido eso, pero me he ido decepcionada. El restaurante es un local de pueblo sin ninguna decoración especial ni nada, mobiliario tipo bodega, mesas bastante juntas, ruido... Y la comida, platos tradicionales, bien, pero sin nada espectacular. No hay carta ni nada impreso para elegir, la camarera te canta el menú y no puedes ver opciones ni precios fuera del menú salvo que le preguntes expresamente. El menú bien, pero sin más, lo que vi es que mucha gente pedía cosas muy concretas como callos, morcilla y cosas así, vamos que se notaban que eran habituales e iban a tiro hecho.