Los mejores restaurantes de cocina japonesa en Navarra

20/03/2024: Hace un par de semanas hice un pedido a través de su web, como otras muchas veces. A la hora y media sin noticias, llamé: resulta que tenían la web "averiada" y no podían procesar-recibir los pedidos y prepararlos. Y tampoco habían podido anular el sistema de pedidos. Pero cobrar, perfectamente podían. Gracias a que llamé me enteré del problema, si no, sigo esperando. Pude hacer otra cena. Pero mi dinero no sabía dónde estaba. Me dijeron que me lo devolverían. Llamé al día siguiente y por whatsapp una camarera me tomó los datos y me dijo que se me haría una transferencia... que no llegaba. El miércoles volví a llamar tras cruzar varios mensajes sin nada concreto. Que sí, que transferencia. Y whatsapps con otra persona. Pero nunca con David, el supuesto jefe o dueño. Supuesto porque nunca estaba pero siempre hablaban de él. Seguí cruzando mensajes y llamadas, hasta 13 días de plazo. Y al 14, estallé: llamé y dije que o me hacían un bizum inmediatamente o me plantaba en la puerta y los denunciaba. La persona del segundo whatsapp me hizo un bizum de su móvil, dudo que fuese del restaurante el dinero. Llorando se quedó ella sin saber qué hacer, me decía: plantarle al tal David, deberían, le dije. Un fraude en toda regla: ¿devolverá ese dinero? Lo siento, y pese al buen trato durante años y decenas de pedidos (sin gluten y bien cuidado todo), se acabó. Y creo que debería ser su fin. Ha sido vergonzoso, y veo que no he sido el único.

07/03/2024: Nauseabundo Leimos las reseñas y pese a leerlas decidimos ir al restaurante y darle una oportunidad ya que la gente suele exagerar con frecuencia. Para empezar, nos llevó varias horas reservar. Estuvimos llamando y nadie contestaba, hasta que tras unas cuantas horas insistiendo nos contestaron y pudimos reservar mesa. Al llegar, nos pusieron en la mesa. El camarero tardó 10 minutos en tomarnos la orden y una vez lo hizo, no nos dieron la comida hasta una hora después. Habían un par de cosas como los rollitos o la tempura (solo la primera tanda, el resto una tortura de comer) que estaban buenas. Sin embargo, el sushi ya es otra historia. Empezamos por el hecho de que pedimos 7 platos y nos trajeron solo 4, de los otros 3 no supimos absolutamente nada. Cuando llegó el sushi y dimos el primer bocado, casi vomitamos ahí mismo. Un auténtico infierno culinario. El aguacate estaba completamente marrón, el salmón mustio y el arroz no parecía arroz de sushi. Estaba duro y se despegaba. Decidimos dejarlo pasar. A la hora de pedir esa misma tanda, indicamos que el sushi lo queríamos sin queso, ya que mi amiga es intolerante a la lactosa y cada vez que la consume sufre de diarrea y otras cosas más que prefiero no mencionar aquí. Al llegar esa ronda de sushi nos dimos cuenta de que no solo tenía queso, sino que además era una cantidad desmedida. Había una lámina casi inexistente de salmón y aguacate con una bola gigantesca de queso (eso en la ronda xxl de 28 piezas, la cual nos retiraron de la mesa una vez mi amiga se comió 3 piezas) por otro lado, insistimos muchísimas veces para que nos trajeran una garrafa de agua y después de unas 2 horas al fin nos la trajeron. Más tarde, como no nos llenamos y el sushi era incomible, pedimos patata frito. Como es posible que unas simples patatas fritas sean incomibles. Sabían a rayos. Tras esto, fui al baño y lo eché todo. Mi cuerpo no lo admitió. Quería salir de ahí, echarme a llorar y llamar a mi madre, decirle que la quería. Pero debía ser fuerte y resistir allí dentro. Finalmente nos fuimos, y al salir, sentí el aire en el rostro y con ello, una satisfacción increíble. Sentí que mi vida acababa de comenzar. En resumen. Yo devolví de lo mal que me sentó eso, si es que se le puede llamar comida, y mi amiga ha tenido una cita con el lavabo. Lleva encerrada en el baño varias horas, lamentándose de haber desperdiciado 20 euros tanto como yo. Saaaan juaso!