T-Class en La Vila Joiosa

Aprovechando que había mercadillo artesanal, fuimos a Villajoyosa y buscamos donde poder comer bien. La suerte fue encontrarlo. Supieron hacernos agradable la comida, con atenciones, buen trato y sin esperas de uno a otro plato. Aconsejo ir y yo, volveré

A nivel gastronómico y de servicio, todo correcto, pero hay que tener en cuenta un detalle importante para empresas y/o autónomos: Si necesitáis factura, no salgáis del Restaurante sin ella. Te dicen que te la mandarán, pero en mi caso han sido más de dos meses de llamadas y mails para finalmente tener una factura que no corresponde en fecha (ni siquiera en trimestre) con el día del servicio.

Probamos el tataki de atún pero no quedamos tan impresionados en comparación con tiendas similares de la zona.

Comida diferente a lo que se come en La Vila, bien ejecutada y con productos frescos. Servicio impecable a cargo de Pablo, siempre atento y amable. Terraza de otro nivel, con vistas privilegiadas.

La comida es de calidad, es evidente, platos muy bien presentados y muy ricos, sabores asiaticos y de la zona en armonía, buena atención, el local es agradable y se esta cómodo.

Me ha encantado, super amables en el trato, buen servicio y la comida excepcional. Buena decoración, sillas confortables y sin duda la comida me ha impresionado. Calidad precio fantástico

La primera vez que fuimos nos propusimos (mi marido y yo) repetir alguna otra vez y probar un plato distinto (es la tercera vez y prometemos volver). Queeee ricoooo todo, la ensalada, la carne, el postre 😱😱. Un millón de gracias, sois un equipazo! Nos vemos pronto ☺️ El plato que siempre repetimos: La degustación de atún.

What could I say ? Eso quisiera yo saber, no sé si será el mejor de La Vila, porque eso es muy subjetivo, a lo mejor para mi si, y para otra persona es mejor D-Roca o Casa Elordi. Lo que si se, y podríamos coincidir todos o casi todos, es que en casa de Pablo y Marta, te sientes así, como en casa. Han conseguido crear un ambiente, crear un espacio sensorial, crear una experiencia, sin disparar cohetes sobre el precio. Yo echaba de menos el trato cercano, el tu a tu, no ir a comer o cenar a un sitio, y estar en un ambiente frio, donde no existan lazos entre empleados, propietarios y clientes, es todo como muy gris, exactamente sucede lo contrario aquí, puedes hablar con Pablo como si fuese un amigo más, eso siempre, siempre teniendo en mente y claro, que tu eres el cliente, y él, el propietario. Yo, les tengo un cariño especial, desde el primer día, no influye nada en la reseña, al contrario, cuando algún plato por lo que hubiese sido, no estaba en condiciones, lo hemos dicho y se ha cambiado y no cobrado, a pesar de esto, que puede ocurrir en el mejor restaurante del mundo, seguimos yendo y seguiremos, y la relación personal no ha cambiado. Desde que probamos el calamar en tempura chili, nos voló la cabeza, crujiente, bien frito, sin aceite, justo de picante, yo que no soy natural de Madrid, pero he vivido allí, me compraría una buena barra de pan de pueblo, y metería el plato entero dentro. Yo que no soy muy de San Miguel, aquí, con Pablo y Marta hasta sabe diferente, no se si será la copa en la que se sirve, o lo que será, una caña bien tirada, cuando vas bebiendo, se queda la marca, en esas copas, se quedan todas las marcas, puedes percibir las pausas que has hecho después de beber un trago, esto lo crea el ambiente, la magia del lugar, sin venir a cuento, pero hago mención, me sucede lo mismo en Fierro y Alma del Temple en Valencia, en ambos he estado una vez, y volvería a estar una vez al mes si lo tuviese más cerca.

Muy comida muy buena y el sitio al lado de la playa es espectacular. Un poco lentos con el servicio y elevado de precio.

Sitio que nunca falla. Atención excelente, trato muy cercano, y comida imposible de mejorar. Siempre nos vamos con muy buen sabor de boca y no solo por el excelente atún que preparan. Parada obligatoria siempre que venimos a la Víla