Rinconada de las arribes en Aldeadávila de la Ribera

El sitio está bien situado Maria es majisima te explica las rutas y te lo pone muy fácil y en limpieza un 10 sin duda si volvemos repetiremos

El cuarto de baño de la habitación nº 6 muy muy pequeño. No apro para personas de 1,70 cm o más, puesto que la ducha está situada en un techo de 1,70cm, el váter muy pequeño, el lavabo diminuto. Parece un baño diseñado para niños. Uno no se puede mover a gusto dentro de él por sus reducidas dimensiones. El desayuno con carencias, el zumo de naranja no es natural, muy malo, sin sabor, como agua de color naranja. No hay frutas, solo naranjas.No hay cereales o muesli. Si quieres un desayuno saludable, deja mucho que desear.

Buen hotel rural con encanto muy limpio con chimenea en el salón, esta al lado de la Plaza Mayor la dueña Maria muy agradable te recomienda rutas y sitios para ver, el desayuno muy bueno en una bodega debajo del hotel.

Durante el puente de diciembre, decidimos hospedarnos en este hotel rural y quedamos completamente maravillados con nuestra estancia. Desde el momento en que llegamos, nos sentimos acogidos por la cálida hospitalidad de María, la encantadora anfitriona del lugar. Su amabilidad y disposición para ayudarnos a planificar nuestras actividades diarias fueron un verdadero punto destacado de nuestra experiencia. María no solo nos recibió con una sonrisa amigable, sino que también se mostró increíblemente dedicada a asegurarse de que aprovecháramos al máximo nuestro tiempo en la zona. Nos proporcionó valiosas recomendaciones sobre los lugares de interés locales, senderos naturales y otras actividades, siempre adaptándose a nuestros intereses y preferencias. El desayuno, muy rico. Cada mañana nos sorprendieron con una variedad de opciones. Desde tostadas hechas por ella misma en el momento hasta bizcocho y magdalenas caseras. El desayuno fue una deliciosa manera de empezar el día, y realmente apreciamos el esfuerzo extra para ofrecer algo especial. En resumen, nuestra estancia en este hotel rural fue una muy buena experiencia, y gran parte de ello se debe a la amabilidad y profesionalismo de María. Recomendaríamos este encantador lugar a cualquiera que busque no solo un refugio acogedor en las Arribes del Duero, sino también a alguien que esté dispuesto a hacer de su estancia una experiencia personalizada y memorable. ¡Muy recomendable si vas a esa zona!

Excepcional. Tranquilo y céntrico,ideal para relajarse y descansar. Habitaciones muy confortables y limpias. El trato de María no puede ser mejor, si te dejas aconsejar organiza el día completo con informaciones sobre la zona, incluido Portugal de primera, rutas, miradores, restaurantes... Mi hijo y yo hemos pasado tres días excepcionales.