Rasputin en Madrid

Un ambiente para comer estupendo, así como la comida preparada. Muy bueno, un sitio al que volvería sin duda.

El sitio ideal para pasar un finde de familia, la comida buenísima y el servicio muy amables .

Me encantó !!!! Un lugar increíble y una cómoda deliciosa.

¡Me ha encantado! Es la primera vez que voy a un restaurante ruso y volveré. Son muy amables, el ambiente muy acogedor y la comida riquísima. Recomiendo probar la sopa borsch y cualquier stroganoff.

Sitio con encanto y comida totalmente distinta a lo que he probado antes

En cualquier ciudad española intento encontrar un restaurante de cocina eslava, y esta vez, cuando estuve en Madrid, decidí visitar este establecimiento. ¡Y quedé 100% satisfecho! Camareras educadas y amables, un entorno maravilloso y, por supuesto, platos muy sabrosos. Tomé arenque debajo de un abrigo de piel y borscht, las porciones no eran pequeñas, ¡el abrigo de piel era casi como el que tenían mis padres en casa! ¡Definitivamente recomiendo visitar!

Teníamos ganas de conocer el restaurante y nos ha encantado. Los platos exquisitos, ambiente muy agradable, decoración elegante y acorde con la cultura ruso-ucraniana; buen trato en general. Muy recomendable!.

Gran sangría por 15 euros en una terraza con vistas tranquilas y hermosas. Servicio increíble y propietario realmente amable.

Reservé para un cumpleaños para 13 personas, gran atención y compromiso de una de sus trabajadoras, que se encargó de todo. Buena comida y servicio, sin duda recomendable!

Con motivo de celebrar un cumpleaños reservamos en este bonito restaurante ruso ucraniano que está en la Latina. El local es precioso, no le faltan detalles de decoración, con muy buen ambiente, tiene buena iluminación. La comida es espectacular, tienes 2 menús de día de lunes a viernes y la carta. En nuestro caso como el homenajeado vivió en Moscú muchos años nos dejamos aconsejar y pedimos a la carta de entradas Blinis con caviar negro y salmón ahumado, sopa Borsh de remolacha con Smetana y Piroshki rellenos de carne, de plato principal el Shashlik de cerdo y el Strogonoff de ternera, para terminar la tarta Irina y los riquísimos Syrnikis rellenos de requesón y pasas con mermelada de frambuesas. Tengo que decir que era mi primera vez probando esta comida, la presentación de los platos, los colores y sabores me han impresionado positivamente, todo estaba muy rico; según comentaba nuestro invitado la elaboración de la comida le recordó muchísimo su estancia en Rusia, un punto a favor de este restaurante que al estar en suelo extranjero no ha variado la elaboración de recetas propias de sus países de origen. La atención de sus empleados es de diez, fueron muy amables rápidos. En cuanto a precios es un restaurante que tiene la posibilidad de pedir dos menús, que están entre 15 - 20€ cada uno; si pides a la carta es más caro, pero hay más variedad de platos. Ha sido una sorpresa muy agradable que recomiendo a todos los que quieran probar otras comidas del mundo.