Parador de Santo Estevo. Restaurante Dos Abades en Nogueira de Ramuín

Nos hemos alojado en muchísimos paradores, y aunque todos son excelentes, hay algunos que marcan la diferencia y el Monasterio de Santo Estevo es un claro ejemplo. Superviviente de paso del tiempo y guardian de leyendas que sólo se conocen si paseas entre sus muros, del personal, las instalaciones, la comida, los servicios y la atención recibida no podemos más que confirmar todo lo bueno de comentarios anteriores. Gracias siempre siempre. De nuestra experiencia, el resumen es que repetiremos en cuanto podamos, más pronto que tarde. A los que vayan por primera vez: • Planifica con tiempo. Hay muchísimas cosas de las que disfrutar. En nuestro caso 3 días no dieron más que para aterrizar. Nos quedamos con ganas de más • Hay rutas, todas con encanto y una para cada día. Tratad de hacerlas, merecen la pena. • Date la oportunidad de comer en el restaurante … Las volandeiras y la croca de ternera superarán tus expectativas. Y si esta Paula en sala, estate tranquilo, sus consejos nunca fallan. • Reserva el Spa .. te sorprenderá. Integrado entre paredes de piedra es una experiencia que pocas ocasiones se presenta. • Pregunta por las actividades organizadas o facilitadas por el parador … asistimos a una visita teatralizada y nos quedamos con la boca abierta .. que preciosidad!! Nuestro eterno agradecimiento a Paradores, por la labor que hacen y que poco se conoce, por cuidar de nuestra historia, nuestro patrimonio y de nosotros cada vez que cruzamos el umbral de uno de ellos. Próximo destino Mazagón, el inigualable parador de verano.

Fanatástica. Te transportas a los monasterios de la edad media con los lujos y comodidades del siglo XXI

Experiencia inolvidable, edificación, ubicación y trato del personal excelente, sitio donde disfrutar de la zona y pode descansar a partes iguales, escelente buffet de desayuno, personal amable y correcto y claustros muy bien smbientados

El parador perfecto. Trato excelente, todo el personal encantador, amables, maravillosos. El sitio precioso. Esta todo muy bien cuidado e impoluto. Visita teatralizada nocturna super divertida. Seguid así! Han sido una vacaciones perfectas gracias a vosotros.

Si en algo destacaba el servicio de los Paradores, además del emplazamiento y las envolventes arquitectónicas eran sus DESAYUNOS. Bien dotados y CON TODO A.LA VISTA a expensas del cliente al que no le importaba pagar el servicio y que, en mi caso, utilizaba para aguantar el día con un tentempié hasta la cena en el Propio parador. Los platos calientes no están en el bufete, hai que pedirlos a parte... Y escoger entre lo que pides.. desde luego no se puede repetir. En las mesas de los comensales que tengo a mi alrededor NADIE ESTA COMIENDO PLATO CALIENTE. Sin embargo el coste es el mismo que antaño. Y yo, particularmente, a partir de ahora por ese mismo precio tomaré mis huevos fritos con bacon, café y lo que me plazca en uno delos establecimientos hosteleros de la zona. Antón Díaz. Marzo 24

Todo maravilloso. Parador preciosisimo. Ubicación espectacular. Trato muy amable. Comida muy buena. Además, hay 2 gatos que suelen estar por el claustro de la entrada y, por los alrededores del parador, que le aportan un plus para los amantes de los animales. Me ha encantado la experiencia. Repetiré.

Maravilloso el Parador, tanto por el edificio, como por su cuidado y bella decoracion interior, asi como el apabullante entorno natural en el que se encuentra. Todo el personal muy atento y pendiente de hacer de la estancia algo especial. Para mi, el mejor de todos los que conozco! Gracias a los trabajadores por su cuidada y cariñosa implicacion.

Increíble lugar que combina lo moderno con lo antiguo para que logres una gran experiencia, puedes visitarlo a manera de Museo y tomar un café o comer en su Restaurante (previa reserva). Ubicado en una zona idílica de la Ribeira Sacra, las vistas son increíbles. Es un poco complejo llegar desde Lugo porque la carretera es estrecha y en algunos momentos es un solo carril en ambos sentidos, pero desde Ourense la carretera es mejor, más amplia y con menos curvas. Tiene parking libre y otro donde se queda la gente que se hospeda. Hay un pequeño pueblo cerca que puedes visitar. Muy buen Spa (hay que reservar con tiempo). Buen servicio, con gente amable y paciente.

Maravillosa experiencia en todos los sentidos. El restaurante está donde las antiguas caballerizas del Monasterio y es un salón imponente. La carta presenta una estudiada selección de platos, la ejecución es perfecta y la atención estilo Paradores.

Podría empezar por la excelencia de los platos y el servicio, pero resulta que el escenario tiene mucho que ver. Logramos comer en la terraza con vistas escarpadas que multiplican una experiencia gastronómica expecional. Las vieiras de entrada muy buenas, pero el rodaballo y el bacalao son una exhibición de cómo tratar los pescados tierra adentro. Impecable y algo más