Mune Pelayo en Madrid

Este es el postre, lo más destacado de esta deliciosa cena, elaborado con sabores del Medio Oriente y la delicadeza de la comida libanesa. Los kibes son fantásticos y también comimos albóndigas en salsa de cerezas, ¡muy bien hechas!

Cocina libanesa excelente, y excelente la atención de Carlos. Recomiendo el sitio, y recomiendo compartir platos y probar variedad de la amplia carta.

Un lugar muy especial para ir con la mejor compañía

Maravilloso lugar, me gustó su comida, el menú es único, me gustó que hay muchas tapas y platos. Fue fácil encontrar un plato vegetariano y lo aprecié. El interior de diseño es muy bonito.

La comida era buena pero demasiado cara. Excelente servicio.

Un excelente lugar para probar comida libanesa auténtica y superrica. Te recomiendo hacer reserva, porque siempre está lleno, pero si llegas en horarios no tan concurridos, puedes encontrar lugar en la mesa compartida. Mis favoritos son: el surtido de mezzes calientes (para probar fatayer, sambussik 🤤, rakayek y kibbe 🤤), kafta bi tahini (cordero y arroz) y el lahm baajin (maza fina con carne picada, pimiento, cebolla, y melaza de granada).

Espectacular en todos los sentidos. La comida riquísima y auténtica y el servicio de 10.

Hemos comido bastante rico, la atención correcta pero la rapidez con la que traen los platos y te los quieren retirar es bastante molesta.

Difícil destacar solo un plato de los que comimos porque todo estaba muy rico en un restaurante pequeñito pero tranquilo y con una gran atención.

Local moderno y acogedor. Vasta oferta del platos, principalmente entrantes. Ideal para compartir. Nosotros pedimos diferentes platos con entrantes variados. Recomiendo los vegetarianos y, sobre todo, los veganos. Los de carne no nos gustaron tanto. Como punto negativo: el personal. El camarero que nos tocó fue muy insistente a la hora de tomarnos nota; se acercó varias veces mientras estábamos consultando la carta. Hacia el final de la cena, sentimos cómo prácticamente querían echarnos; los camareros se pusieron a recoger y a montar mesas, armando jaleo y accediendo constantemente a un almacén cuya puerta estaba pegada a nuestra mesa. Estropearon completamente el ambiente y acabamos deprisa y corriendo para marcharnos. Una pena.