Entra! Por fuera engaña, hasta parece cerrado. Un restaurante de toda la vida donde comer un buen menú casero, la señora encantadora y la comida muy buena. La única pega es que no se puede pagar con tarjeta de crédito.
Me encanta el sitio, los dueños son un encanto.
Reserve a las 15 y llegamos a las 16 6 nos dieron de comer sin ningún problema, no voy a otro sitio a comer por esta zona que no sea aquí.