Masía Bellver en Orpesa

La experiencia ha sido genial. Una estupenda comida, en un entorno maravilloso. El personal súper atento y agradable. El precio muy en consonancia con la calidad del establecimiento. Sin duda volveremos. Altamente recomendable.

Lugar con encanto y comida excelente. Anotado para volver!!!

Comimos estupendamente en El Puente. Un entorno único. Vanesa nos atendió con una gran profesionalidad y amabilidad. Tal y como está el sector un aspecto a cuidar por sus responsables para lograr fidelizar trabajadores como ella.

Fue una experiencia excelente a todos los niveles. El cuidado de los detalles, el sabor y la presentación de los platos, la atención de los profesionales de sala, el encanto del entorno del jardín. Volveremos seguro.

La paella Valenciana como Valenciana que no soy no está lograda

Muy buena comida y servicio, muy recomendable.

Desde el cuidado en los detalles en la restauración de la masía hasta la experiencia gastronómica, pasando por el impecable servicio, Masía Bellver se ha convertido en el origen de un nuevo sabor mediterráneo que recuerda a la tradición, a la comida de la abuela, al patio, pero también a la innovación, a los sabores del mundo. Sin duda un proyecto para seguir de cerca. Dentro de la carta, probamos la croqueta de erizo de mar y la ensalada de ventresca. El San Pedro fue una exquisitez. Enhorabuena al equipo.

Lo peor es la persona q vi testa por wattshap. Tengo la conversación. Mas antipática y poco educada no se puede ser

Sitio con excelente ambiente. Muy buena calidad de los productos. La bodega suficiente, un poco de cada región. La atención al cliente es constante, son muy profesionales. El pecio medio-alto. Los arroces en su punto. Tienen varios ambientes, tanto interior como exterior. Importante hacer referencia en la reserva del ambiente elegido.

El lugar es realmente bonito, y la atención por el detalle en la decoración, la limpieza y comida (con matices) es realmente increíble. En nuestro caso comimos en la zona de las antiguas caballerizas. Muy agradable por iluminación y aunque algo estrecho, con espacio suficiente. El problema es que estábamos junto a la puerta de entrada de los camareros y en invierno pese a hacer bien día entraba frío y el humo de un usuario de la terraza. En cuanto a la comida, los entrantes junto con el pan eran muy buenos (especialmente las croquetas de pulpo) y cuidados, a excepción de la parrillada de verduras que al pedir 2 llegaron poco calientes, aunque podria considerarse como un fallo leve. El problema principal vino en el arroz, que aunque sabroso tenía un inconveniente: el sepionet (o chipirón, o lo que sea) conservaba la especie de concha interna calcárea, y al morder se rompía y hacia imposible comerse agusto el arroz. No sé si se les olvidó quitarlo, o si el problema venía del proveedor, pero nunca había visto eso nunca. La ración de arroz era muy generosa y el punto del arroz era perfecto. Los postres y cafes, muy buenos aunque no pedimos mucha variedad así que no podemos juzgarlos todos. El café es realmente bueno y viene en unas tazas de un tacto muy agradable, al igual que toda la cubertería y platos. El servicio fue atento y los baños estaban perfectamente limpios. Lo mejor: Entorno, decoración, atención por el detalle y calidad general de la comida. Lo peor: entrada de aire en nuestra mesa de las caballerizas, y sepionet del arroz con la concha interna. Repetiremos seguro, pero esperando que no nos toque esa mesa ni que haya otro problema con la comida.