La Terrassa d' Empuries en L'Escala

Soñado! Festejamos el cumple de mi amiga Pao. Gracias al camarero Emiliano por tan cálida atención. Super recomendable. Pidan Fidegua ( fideos con calamar)

Puede parecer caro viendo la carta, pero es bastante equilibrado con el tamaño y calidad de las raciones. Muy buen servicio. Raquel un 10

Me ha gustado muchísimo y el servicio está muy bien.

Calidad-precio muy de acorde, gratamente sorprendidos por la comida. Sitio pequeño es por ello que hay que reservar siempre. El servicio muy atento y muy majos. A mejorar quizás, las mesas, son muy justas si es un grupo algo grande.

Bonita terraza, con ambiente muy tranquilo Donde el buen comer está asegurado. Atención exquisita y cercana de los camareros. Un guiño a nuestro camarero argentino y suerte en su caminar.

Relación calidad precio mala. Comimos un tartar de atún, dos segundos (wok y curry), y dos bebidas (sin postre ni café) y pagamos 70€. Mesas incómodas y demasiado ruido. Hemos ido un par de veces y no creo que volvamos, hay otras opciones.

Excelente restaurante comimos allí a las 7 con niños sin haber hecho reserva el personal es amable el servicio es rápido y los platos son (muyssss) copiosos

Restaurante acogedor donde se come muy bien en un ambiente medieval. El equipo es muy amigable, lo que no estropea nada. Escala para recomendar.

Situado en la Plaza Mayor de St. Martí D'Empuries. Amplia terraza protegida de excesos de viento, sol o frio. Servicio amable y respetuoso. Amplia carta de tapas, cocina catalana o mediterranea. Productos de calidad muy bien elaborados. Hemos disfrutado de una ensalada muy variada con queso de cabra cocinado un arroz de marisco delicioso y abundante y un final delicioso con el postre llamado el "Català" , exquisito para amantes del dulce ...Menú de arroz. 32€ T. I.

Fuimos a comer el día 1 de Enero en familia. Éramos 12 personas, incluidos 2 niños. Encargamos mesa dos días antes y nos dieron a elegir entre el turno de las 13h y el de las 15h, que es el que elegimos. Siendo un día tan señalado de comidas familiares, la mesa que nos correspondía alargó algo la sobremesa, cosa que entendimos y aprovechamos para tomar un poco el sol, recrearnos con el paisaje y consultar la carta para pedir los platos en cuanto nos sentáramos. El comedor y la terraza estaban a tope de comensales y el servicio estaba al pie del cañón pendiente de todo el mundo atendiendo magníficamente los pedidos y las mesas, empezando por el propietario del restaurante. La responsable de sala, Emi, es un prodigio de amabilidad y eficiencia. Los platos eran riquísimos y estaban muy bien cocinados a pesar de que en un día con tantísima afluencia de clientes era fácil que los nervios hubiesen jugado alguna mala pasada. Buena comida, buen trato, precio ajustado y sensación de bienestar, hasta el punto de que nos dieron las ocho de la tarde sin darnos cuenta. Y, por si fuera poco, Emi nos dijo que estaba aprendiendo catalán. Fue un buen inicio de año, quedamos muy satisfechos. Repetiremos.