La Dona en Tomelloso

27/04/2024: Nuestra experiencia en FranGelica es un edén paradisíaco italiano. Unos canelones exclusivos, únicos. Que se transforman en un placer divino en el paladar. Una lasaña digna de Garfield, unos matices... Impresionantes. La pasta artesanal, la carne del relleno, la bechamel, el tomate... Todo ello se fusiona en una elegante capa de queso gratinado. Unos canelones y una lasaña que son puro elixir. El postre??... Dios mío... El postre, una tarta de queso de la casa que se derrite en la boca... Con ciertos reflejos de alta repostería. Increíble. FranGelica será a partir de ahora nuestro restaurante de cabecera de festejos y buenos momentos. Gracias a este restaurante, el amor de nuestra pareja florecerá.

15/04/2024: No sé qué decir... La comida es de calidad, y eso se nota. Para mis hijos pedí unos "simples" macarrones con tomate y, para mi sorpresa, trajeron uno "simples" macarrones con tomate, pero a otro nivel. La salsa casera, los macarrones bien cocidos y estaban, a pesar de ser un plato muy simple, tan ricos que mis hijos rebañaron el plato, cosa que en NINGÚN sitio que hasta ahora habíamos pedido eso ha pasado, normalmente en otros restaurantes nos ponen una pasta mal cocida con tomate de bote, no casero como en este caso. Pedimos un turbante. No me apasionó, no porque estuviera malo, pero prefiero las pizzas tradicionales. Los ingredientes del turbante ricos y los bordes rellenos de boloñesa, una boloñesa rica, sin tropezones, suave y deliciosa, la verdad. Mi mujer pidió risotto de champiñones y bacon. Le estuvo también muy rico, aunque no es de los mejores que hemos probado era muy correcto. Los trozos de bacon eran gigantescos y muy abundantes. Ahora bien... He comido codillos de todas las formas y colores. Los he comido caseros (hechos desde cero, con carne cruda), los he comido ya envasados y precocinados, los he comido en Alemania, que dicen que son los mejores del mundo y siempre que veo codillo en la carta, me aventuro. En esta ocasión era codillo con salsa Marsala. Recomiendan para dos personas y con razón, el plato es abundante. Lo que menos me ha gustado es la guarnición: aceitunas negras, zanahoria, pepinillos y patatas envolviendo un codillo MUY suave, que se desmenuzaba con solo mirarlo y amigos... La MEJOR salsa que he probado en muchísimo tiempo. Que se quite el resto de codillos del mundo, que este, para mí, es el número 1. La guarnición no es que esté mala, ni mucho menos, pero me habría comido solo el codillo con una olla entera de esa salsa tan deliciosa. No tengo palabras para describir lo bueno que me ha estado, de verdad. Los postres han pasado sin pena ni gloria. Buenos, aunque nada destacable. Eso sí, son caseros, nada de estos prefabricados. Lo ves cuando te acercas a la vitrina de la entrada y ves que hay una tarta de queso que se está acabando y al lado le espera la siguiente aún en su molde, esperando a que le echen el guante. Acudí por recomendación de un conocido. De lo contrario no hubiera entrado nunca a ese restaurante. La decoración interior es muy acogedora, pero el exterior no le hace justicia, es un cartel amarillo como se ve en la foto que pasa totalmente inadvertido, pero lo dicho, entras y todo cambia, desde el excelente trato que recibimos, la chica que nos atendió muy atenta en todo momento y ya os digo que la comida, con algunos pormenores minimísimos, estaba toda excepcional. Es un sitio que NO te va a defraudar si quieres quedar bien con alguien a quien tengas que llevar a cenar fuera. La cuenta es subjetiva. Si voy a un sitio y como mal y me cobran 100€ saldré muy disgustado. Sin embargo si voy a otro sitio y por lo mismo me cobran 200€ pero me ha estado delicioso, los pago a gusto. Aquí he pagado MUY a gusto. El precio no es de lo más caro, ni de lo más barato, pero merece la pena sin duda.