Carrecalzada en Melgar de Fernamental

Comida muy buena y trato exquisito. Merece la pena desviarse un poquito y disfrutar del lugar.

Que gran sitio, muy buen producto y excelente elaboración.

Estuvimos comiendo el fin de semana, la comida estaba buena en general, algunos platos se pasaban un poco con la pimienta pero por lo general estaba todo bueno y de calidad, pero el servicio lamentable. Una chica morena la pobre no sabía ni por donde le daba el aire, para ponernos la consumición del principio estuvo 20 minutos!!! y la otra SÚPER mal educada, prepotente y encima no callaba! Además hacía bromas fuera de lugar, hubo un momento que se le dijo algo que no la debió de gustar y se la vio perfectamente como iba donde su compañero el cocinero a hablar de nosotros riéndose mientras nos miraba 🫣🤔 Muy pesada en general… se llevó por 3 veces a diferentes personas los platos con comida (o sea sin finalizar de comer), el postre que muchos pidieron torrija unas con helado y otras con miel porque si! Ni preguntó! Etc El cocinero y dueño (creo) fue muy majo en todo momento y profesional.

Una atención cercana y con mucho gusto. Se nota que gusta su trabajo, la camarera nos atendió como si nos conociera de toda la vida y el chef salió a preguntarnos dos veces que qué tal. ¡La comida estaba buenísima, un lugar con mucho encanto y la relación calidad-precio es buena! ¡Volveremos!

Hotel con mucho encanto ubicadola orilla del río en un granero reformado. Destaca la cocina, productos locales y muy bien trabajados, y el atento servicio. El desvío si vas en ruta de este-oeste es mínimo y la calma se agradece.

Para comer estupendo,como hotel no estuvimos,un poco lioso para llegar pero con maps lo encuentras

Encontramos el restaurante de casualidad y fue todo un acierto. Atención de 10 y la comida excelente. Totalmente recomendable, vale la pena.

Está cerrado temporalmente y no pudimos visitarlo una pena

Lugar escondido con mucho encanto. La comida riquísima y los dueños majísimos. Volveremos!

Este hombre es increíble. Llegamos de paso, sin aviso ni reserva y descubrimos un restaurante en medio de la nada. En un momento sacó él solito comida para seis, acabando con una costilla enorme y exquisita, muy personal. Si pasas por aquí no pierdas la ocasión. Ah, el parking está al final, junto al restaurante, sigue las indicaciones!