Can Cortada en Barcelona

Es muy difícil poner peros a un lugar como éste. Can Cortada es un restaurante en un castillo donde desde la entrada te hacen sentir especial. El servicio atento y coordinado lo que es de agradecer ya que cada vez se van viendo menos profesionales en la hostelería. El producto excelente y yo creo que lejos de esnobismos culinarios las cosas se disfrutan más. Exquisitos caracoles, anchoas y butifarras. Ahora donde se muestran cómodos son es las carnes y sobre todo a la parrilla. Y todo a un precio más que aceptable para el nivel ofrecido. Así que totalmente recomendable.

Celebramos nuestro convite de boda el 11 de mayo. La atención fue exquisita y todos los invitados se mostraron muy agradecidos. La comida es deliciosa y la gente salió contentísima. Poco más puedo añadir, solo agradecer el cariño que todas las personas de Can Cortada nos brindaron en ese día tan especial.

La comida espectacular, y la atención de los camareros fue de 10.

Sitio muy bonito y peculiar. Los camareros muy atentos, la comida exquisita. Ha sido una boda muy bonita.

La espera entre el primero y el segundo puede que algo mas larga de lo normal, quizás debido a la cantidad de comensales que había. Las croquetas de calçots exquisitas.

Es un lugar acogedor, la comida espectacular, la atención de primera. La calidad de los productos son de primera. Tienen menú para niños, sillas para niños especiales. Encantada de este lugar, sin contar el ambiente rústico y bello del lugar.

Es un antiguo edificio tipo palacio con un gran interior mantenido como lo tradicional. La comida era deliciosa.

La comida y el ambiente fueron excelentes, pero sirvieron los platos con mucha prisa, retirando nuestros cubiertos y platos sin esperar a que nos termináramos los entrantes. Sorprende bastante porque no es un restaurante de turnos y reservamos a las 2h de la tarde. Al sobrar tanta comida pedimos llevárnosla a casa, y nos pusieron mala cara. Está claro que no comparten la filosofía del derroche de los alimentos. Una pena por su parte.

Restaurante muy bonito, con parking, lo cual es un plus en Barcelona y servicio atento. Súper recomendable para ir a probar calcots, nosotros pedimos de carta, creo que para ir con menu de calçotada es mejor. Nos trajeron servicio de pan con alioli y tomate y ajo (muy rico), luego los calcots (muy buenos tb) y para continuar croquetas (bien), un meloso de ternera con pure de patata con trufa que nos pareció que le faltaba sabor, la carne estába muy tierna pero le faltaba algo, se nos quedó muy plano y un tataki de vaca que estaba correcto sin ser una maravilla, para terminar canelones que estaban ricos. Todo esto con postre y entre 4 personas nos costó a 33 euros por cabeza por lo que a pesar de que la comida no fue un 10 la experiencia no estuvo mal.

Empecemos por las cosas que hay que alabar: el espacio es fantastico; el trato de todo el personal, empezando por el personal del parking, de 10. El Staff de sala muy bien. Pero la comida, muy justa. No podemos decir que estuviera mal, no es eso. Pero tampoco brillaba por bien ejecutada. Como dice el título: comida neutra, sin brillar. Esperabamos algo mejor, pero no estuvo mal.