Bar Restaurante Zanpa en Pamplona

Es de los pocos sitios que quedan en el casco viejo que no recalientan los pinchos en el microondas. La cocina suele estar abierta y en funcionamiento lo que redunda en la calidad. Buen ambiente siempre lleno. Precios un poco altos.

De visita por unas horas en Pamplona, pasamos por delante y no dudamos en entrar: local con mucho encanto, personal muy amable y pinchos exquisitos. Muy buen recuerdo 👌🚶🏾‍♀️

En una franja de bares y restaurantes locos, este debe ser uno de los mejores. Un montón de pintxos (tapas), buenos vinos, todo pedido en el bar. ¡Lo que ves, es lo que tienes! Muy ocupado, muy buena rotación y reemplazos siempre nuevos. ¡Buena elección de vinos y personal feliz! Volvería a ir allí.

Pet friendly. Admiten perros en barra, uno los pocos que lo hacen en todo Pamplona

Maravilloso. Buen ambiente, buen servicio, personal muy profesional. Todo riquísimo. Un acierto

Un pequeño restaurante en pleno casco antiguo de Pamplona. Pedí una tortilla con champiñones y croqueta y estaba deliciosa.

Este es mi segundo día aquí en Pamplona. Y mi tercera vez en este bar. Buena selección de pintxos. Servicio amable muy servicial. Y justo en el centro de la ciudad.

Atención!!! Ración de torrezno! ( Un torrezno) 9 €. Muchacho!!! Baja al suelo, así no se debe hacer hostelería, una chorizada!!!

Pues muy normal. En barra los precios de bebidas y pintxos son más normales que en algunos otros pero la verdad es que yendo de pintxos nunca había comido tantas tortillas de patata. No son muy especiales la verdad...

Éramos 6 entre amigos y familiares. Reservamos con mucha antelación para tener mesa por que está en una zona muy céntrica. Elegimos ir a este restaurante por que admiten perros. De entrada voy a pedir disculpas por los ladridos de la perrita que está aún aprendiendo a comportarse y hasta que se calmó pasó un rato y todo el mundo fue muy paciente con ella. La verdad es que no esperaba yo un local tan elegante para comer que admita perros y, al principio, sentimos que no era nuestro sitio pero subimos muy bien. Pedimos varios platos para compartir porque ya habíamos tomado pinchos por ahí y no traíamos mucha hambre pero, si no has comido antes, esto que pedimos es poco por que no son platos abundantes. Todo lo que pedimos nos gustó mucho: tomates rosas de Tudela, chipirones, alcachofas, pastel frío de txangurro, ajoarriero y algo más que no recuerdo. De postres: pantxineta, varias torrijas, helados y coulant de chocolate. Todos muy ricos. Bebimos agua y sidra. Tomamos cafés. Pagamos unos 150 euros. Los baños estaban limpios. La zona de restaurante, mesas bajas, no es accesible.