Arzak en San Sebastián

cenamos tres medios platos cada uno, estaba todo exquisito, además de un trato impecable, muy profesional y amable, pasamos una estupenda velada

La comida fue excelente, el servicio fue aún mejor, el propietario y el chef fueron geniales y pasamos un momento muy cálido, elegante y agradable. muchas gracias.

¡PERFECTO! Está a la altura de las 3 estrellas Michelin conseguidas (y mantenidas hasta el día de hoy) hace décadas. Muy recomendable para los amantes de la alta cocina. ¿Es caro? Sí, como las 3 estrellas Michelin, ¡pero vale cada €!

En líneas generales, nos gustó practicamente todo. Resaltar de los entrantes el pan chino con ají. De los platos principales: la caja de tomillo y pichón y el cimientos de salmonete. De los postres: Escombros de cacao y luna cuadrada. Queremos remarcar que fuimos con un bono en el que se incluía una botella de vino, pero nos dieron la opción de añadir una copa de vino tinto con la carne para mejor maridaje y el aperitivo de la casa. De aquellos restaurantes con "estrella" es en el que más en casa nos han hecho sentir, siendo un trato más cercano que en otros sitios del mismo nivel.

Sin pretensiones, amigable y único: en Arzak nos embarcamos en un viaje para redescubrir sabores y texturas familiares. Platos meticulosamente preparados, bellamente presentados sin ser ruidosos ni pomposos y maridados hábilmente con los vinos adecuados. El menú ha sido bien pensado y diseñado para embarcarte en un viaje de descubrimiento de mar y tierra, con referencias a la cocina tradicional local. El legado se puede sentir, así como la evolución por la que Arzaks ha trabajado persistentemente a lo largo de los años, elevando constantemente lo que alguna vez fue tradicional. Los aspectos más destacados fueron muchos. Cordero y algas en uno de los platos trajeron la mera esencia del País Vasco en un plato contando una historia que combina magistralmente la montaña y el mar. El servicio fue impecable, el personal humilde, profesional y vivaz contribuyó a la experiencia positiva. Si Arzak no es el motivo para visitar la zona, definitivamente merece su atención. Muy recomendable.

Una maravilla. Cumplió todas nuestras expectativas. Ya desde que entramos nos pareció que íbamos a disfrutar. Una gran atención en todos los aspectos y una fabulosa comida. Grandes platos con una versatilidad inmensa en sabores y aromas. Las recomendaciones en cuanto al vino fueron estupendas. Desde luego se merece las estrellas que posee desde hace muchos años y que Elena Arzak sigue manteniendo con gran prestigio,y profesionalidad, atrevimiento y buen gusto.

Hemos disfrutado de una experiencia que ha sido un viaje de varias horas envueltos en delicadezas: las del recepcionista, las de los camareros/as y el jefe de sala, y la somelier, que a pesar de nuestra falta de conocimiento en vino, nos atendió y explicó con mimo y eficacia. Todo ello como una coreografía para dar contexto a un torrente de sabores que salían de las manos de Elena Arzak y su cocina. Una experiencia que merece la pena vivir al menos una vez en la vida. Y el precio, para la calidad que dan y que corresponde a un 3 estrellas Michelin, no se puede calificar de caro. El remate de la velada, con una breve charla con Elena y unas fotos, tras un detalle sorpresa que me presentaron por ser mi cumpleaños, fue la guinda que nos hizo pasar el resto de la noche y parte del día siguiente, sonriendo y con las papillas gustativas y las olfativas dando palmas. Gracias por tan buen trabajo y el mimo que en él ponéis todos allí. 😊

Lo conozco, la iglesia de al lado era mi parroquia, algún día si puedo comeré

El panorama actual de los restaurantes estrellados en España hace que las comparaciones entre todos ellos sean inevitables, y más si estamos hablando de uno de los grandes clásicos de la cocina española. Lo primero que llama la atención al entrar al comedor es que no es demasiado luminoso ni tampoco lo suficientemente amplio. El servicio, con profesionales experimentados, es cercano y accesible y está en todo momento pendiente del comensal. En el menú de degustación, se combinan los aperitivos, con platos de marisco, pescado y carne, siendo en los postres el chocolate protagonista. Todos los servicios que van apareciendo en la mesa tienen un denominador común de obligado cumplimiento: hay materias primas sabrosas, presentaciones cuidadas y puntos perfectos de cocción y temperatura. ¿Por qué entonces la experiencia no es redonda o ningún plato sorprende? Cada uno puede tener una respuesta diferente. A lo largo de todo el recorrido, la sensación de que no llega el gran plato va aumentando poco a poco. Ese momento en que la combinación de sabores, aromas y texturas te conquista, finalmente no llegará y eso acabará suponiendo un íntimo desencanto. En todos los platos se aprecia el trabajo que hay detrás, con creaciones clásicas que se entrelazan con elementos e ingredientes exóticos. Entre los aperitivos destaca el pan chino de ají de gallina peruano, que es suculento y gustoso y merecería mayor protagonismo. Por supuesto, el bogavante o el carabinero se marcan perfecto, pero el aroma de lavanda que prometía el primero es tan liviano que no se percibe. La asociación de elementos y técnicas se percibe más en el enunciado del plato que en su degustación, y eso es lo que va lastrando la valoración final. El huevo marmolado brilla por su técnica, pero no sorprende en sabores. El pichón mandarín está en su punto y las tres salsas que lo acompañan son pura virguería. Lo mismo se podría decir del pescado del día y del cordero. Los postres siguen la misma línea marcada, destacando el uso de la algarroba y un helado de wasabi muy interesante. La gran cuestión, pues, permanece. ¿Por qué Arzak no sorprende ni hace que algún plato permanezca en la memoria? Lo mejor ante dicha duda es recomendar que cada persona busque su respuesta porque lo que es indiscutible es que se trata de un gran restaurante.

Maravillosa experiencia. Tomamos el menú degustación y disfrutamos de todos y cada uno de los platos. Impresionantes los sabores respetando el ingrediente principal y aportando toques vanguardistas sin excentricidades. Es de agradecer que te den a elegir en algunos de los platos distintas opciones. El servicio maravilloso, el restaurante precioso y Elena Arzak una persona encantadora y cercana además de una magnífica profesional. Sin duda para repetir y para guardar en el álbum de momentos especiales.