222 SW Bar & Grill en Mogán

El lago es un poco más caro que las trampas para "turistas", pero la calidad de la comida y el servicio es completamente diferente.

Como gusta ver crecer a lugares que te regalan momentos tan especiales. Llevamos ya unas cuantas cenas en el @222sw_restaurant y siempre nos ha encantado pero el día de ayer fue el que ha redondeado por completo la experiencia. Desde el primer aperitivo hasta el postre todo tenia un sentido, era como una historia completamente construida en que cada plato se daba la mano con el siguiente. Empezando con la Gilda que era de sabores frescos aunque contundentes, hasta terminar con el curry massaman. Éste último era lo más contundente de la cena, una explosión de sabor que en un principio parecía hasta demasiado pero que bocado a bocado terminaba por conquistarte. Yo personalmente me quedo con el Tom yum. Podría alimentarme sólo de ese caldo de dioses… una maravilla. Las alitas de pollo deshuesadas eran de esos platos que podríais repetir hasta el infinito, con ese punto de picante perfecto. El txangurro a la Donostiarra te llevaba de Esukadia a Asía en sólo dos bocados, con una presentacion impecable y el Saam de Papada y oreja fundía la cremosidad y el crujiente en un bocado perfecto. Después del curry, el sorbete de lichis cumple a la perfección su cometido, en un recipiente de mármol totalmente helado, consigue resetear nuestras papilas para poder disfrutar del postre final con un praliné increíble de Avellana y almendra que puso el broche a una cena increíble. Creo que el chef Mikel Asiain ha conseguido dibujar una experiencia perfecta en un entorno envidiable y con un servicio excepcional que ha mejorado sin duda con la atención de Joel, nuestro camarero de ayer, un verdadero crack que te deja a las claras su gusto por lo que hace y por lo que sirve, contagiando esa emoción que completa la experiencia hasta el 10 definitivo. Gracias a Sharon por hacernos siempre sentir en casa y a Toni por endulzarnos así de bien la vida y de soportar que Jose no pueda renunciar a esa Creme Brullé insuperable.