Los mejores restaurantes de cocina mediterránea en Petra

29/05/2024: Un soberbio DESASTRE. Asistimos a una comunión el pasado sábado y la organización no podía ser peor. La comida no era mala, pero la organización fue pésima desde que llegamos. Lástima de las familias que pagaron para que les organizaran el evento de sus hijas que acababan de hacer la primera comunión

29/05/2024: Un excelente restaurante para forasteros. Eso sí, si sois mallorquines no vale la pena que se detengan. Fuimos a cenar un martes, no lo habíamos programado. Éramos dos a las ocho de la tarde. Ya nada más entrar me di cuenta de que había poco futuro, tres señoritas en el fondo de la sala que debían hacer un trabajo muy importante (ordenar torcabocas) porque no se dignaron a moverse de su sitio. Tuve que ser yo quien me atraqué para pedir si podíamos cenar. Haciendo un gesto con la mano nos indicaron que podíamos sentarnos donde quisiéramos. El comedor, y yo no somos estugoso, estaba un poco pegadizo. Había una mesa ocupada por una persona. Nos llevaron la carta (10 o 12 platos entre entrantes y platos principales), unos papeles arruados que apenas podían leerse, la tinta se había esparcido por la grasa que llevaban, eso sí, escrito en catalán y castellano. Vino la señorita a tomar nota. Le pedimos caracoles y nos contestó con un "QUEEEE???" (mi querida, que tiene más paciencia que yo le dijo "caracolas") Ya me diréis, de una carta con diez platos no entendió el nombre de uno de ellos con catalán, que con este caso, tiene una fonética similar al nombre en español. Luego le pedimos dos picanhas. Volvió a los cabos de unos minutos para decirnos que no había caracoles. ¿Le pedimos un plato de frito que ella acompañó con "FRITO?" y tendremos que repetir todo el pedido porque "NO SE ACORDABA" de lo que habíamos pedido. Y vosotros diréis... si tan mal lo viste, ¿cómo así no te fuiste?. Ha habido veces que el entorno del restaurante no es el mejor, pero la comida ha merecido mucho la pena. NO ES EL CASO. El frit, una de las elaboraciones más tradicionales de la cocina isleña, se convierte en un plato de unos pedazos de carne grisácea como el pulgar con trozos de calabacín, sin ningún color ni textura. Por no haber no había ni patata. El conjunto se parecía mucho a los botes de comida de perro que vienen a "PRYCA". Claro, si esto le das a un forastero de, por ejemplo, Alcobendas y le dices que es frito, seguramente lo creerá, sin embargo, a un mallorquín no puedes engañarlo de esta manera. La picanha, ¿que quiere que le diga? No pasaba de bistec de segunda, tan cocido que era terroso y sin ningún gusto, servido con patatas fritas aceitosas y muelles. Para acabar, un café "con hielo" (pidió mi querida por miedo a que no le llevaran con leche) y un reventado que pedí yo, que nuestra camarera acompañó con un "REVENTADO?" Bien, pediremos la cuenta. Después de unos diez minutos de esperar, la camarera nos informó de que lo que hacía las notas de caja era el dueño y que ahora mismo "ESTABA EN EL BAÑO" Tanta suerte que no dijo "cagando". Un rato después pudimos pagar 62€. Sí, lo ha leído bien... 62 EUROS. Eso sí, hay sitio para aparcar.