Sol y Sombra en Sevilla

Lugar de culto taurino sevillano, taberna añeja con muchísima historia, adornada de recuerdos de la Fiesta Nacional. Comida excelente con la mejor compañía, nuestro amigo Mario

Reservamos mesa, nos hacen entrar y esperar por otra puerta durante 20 minutos y cuando entramos vimos que habia gente sentado que habia entrado por la primera puerta. Camarero perdonavidas y con aires de superioridad cuando le pides aclaracion carta, se equivocan tipo Croquetas...... en fin comida buena pero tardare en ir porque no me gusta que me traten como con lastima y desprecio

Ligera confusión por parte del servidor, sin embargo muy amigable. Cocina no excepcional. Ambiente agradable y familiar sin demasiado ruido.

De las pocas barras típicas Sevillanas que van quedando ,después del cambio brusco por lo "moderno "que cada vez se parecen más en todas las ciudades. Seguíd así por mucho tiempo

Restaurante muy típico en pleno centro de Triana, auténtica cocina sevillana, nada que ver con trampas para turistas, típico servicio rápido y sin florituras...

La comida bien, pero el servicio de reserva de mesas nefasto. Reservamos mesa para las nueve y cuando vamos a entrar nos dicen que los que tienen reserva han de entrar por otra puerta, que aún está cerrada, y que esperemos . Después de veinte minutos de espera pasamos al mismo salón al que se accedía por la primera puerta. Este salón se encontraba ya casi lleno y con personas cenando, suponemos que sin reserva. Nos sentamos y hemos de esperar otros veinte minutos a que nos sirvan. No tiene explicación. Todos, los de reserva y sin reserva deberían entrar por la misma puerta y, además, si tienes reserva no te deberían hacer esperar.

Personal muy agradable y comida bastante buena. Hemos estado almorzando muy tranquilos entre semana. Muchas gracias, repetiremos.

Típico de Sevilla con poco turista

Lugar típico Sevillano. Comida buen, pero el servicio algo lento. Es cierto que en particular una persona que parecía nueva fue el único inconveniente

Difícil de definir por el contraste de situaciones. Reservamos por internet a las 13:15h. Cuando llegamos, nos dicen que todavía esta cerrado, que es temprano y todavía estan descargando las cervezas del camión. Como ya veníamos advertidos por otras opiniones tampoco nos cogió de nuevo. Fuimos a dar un paseo y 35 minutos mas tarde volvimos pero… aun quedaban 5 minutos mas por que el salón no estaba listo. Cuando entramos, se disculparon por la tardanza. Finalmente pedimos y hay que decir que gracias al camarero no hicimos la locura de pedir platos completos, los medios ya son generosos de por si. La comida muy buena, se nota el buen producto. Las tortillitas de camarones, para mi gusto un pelin aceitosas, pero estaban ricas. El problema llega cuando quedan dos platos por servir y tardan otros 30 minutos. Evidentemente el resto de familiares ya habían terminado hacía rato y tuvimos que reclamar los platos varias veces. Uno de los camareros el pobre, le cuesta de entender, le pides pan y te trae las cartas y a la hora de recoger la mesa le tienes que ir pasando tu los platos por que el no estira ni el brazo. El lugar es totalmente taurino, bien decorado y acogedor. La relación calidad precio, muy buena. Lo recomiendo por su comida pero por lo demás, que cada uno valore.