He llegado a este restaurante en busca de comer una buena paella, lo que no me iba a imaginar es que esa paella me iba a gustar tanto como para querer regresar desde Madrid a Murcia solo por esa paella. El personal es encantador y el lugar precioso. Sin duda alguna, volvería!
Nabile Paniagua García
.
13 Mayo 2024
10,0
He estado dudando entre poner 4 o 5 a este sitio, pero me he decantado por el 5, sobre todo, porque a mi me encantó la comida y en la terraza, con las vistas, se estaba genial. Las mesas no me las esperaba tan tipo rústico para este sitio pero funcionaron bien, resultó todo muy cómodo. El servicio fue increíblemente rápido y el personal correcto. Detallo platos. Empezamos con un lingote de foie, generoso en cantidad y delicioso en sabor, acompañado de una cremita de manzana y una especie de gelée de cebolla, que le iba genial. Servido con biscotes, a mi me encantó, potente sin avasallar, textura correcta, daba toda la pinta de ser casero, entremezclado con lo que parecía confitura de higos y de frutos tojos pero muy muy sutilmente, porque siempre primaba el sabor del foie. Seguimos con unos huevos rotos con patatas paja, crema de patata con foie y cococha de cerdo, increíble por el conjunto, que casaba genial, cremoso y un acierto, porque lo que llaman cocochas parecen trozos de presa ibérica o similar pero cortados como torreznos, y con esa grasita maravillosa que, lamentablemente debe tomarse en piquitas dosis pero alegra el paladar y dan ganas de comerse un plato entero. Continuamos con un bacalao en tempura negra y salsa de azafrán, el bacalao con sabor a fresco, la tempura crujiente pero suave por dentro y la salsa estupenda, casi de guiso aunque más ligera... eso sí, las verduras estaban casi crudas y, habrá gente a la que ésto le guste... no es nuestro caso... así que se quedaron en el plato... como las alcachofas de las carrilleras guisadas con este vegetal, muy ricas y tiernas, pero estas alcachofas semi crudas no gustaron y parecían de bote. Fue el plato que menos gustó. Yo, particularmente, prefiero siempre una salsa más untuosa para las carrilleras... no volvería a pedir este plato, y es, junto a los postres, por lo que he dudado en la puntuación. Lo último fue un milhojas de salmón, que realmente era una especie de pastel de salmón entre dos o tres láminas de pasta brik, coronado por una cremita de queso... a priori parece una combinación algo rara, pero casa bien y nos gustó la mezcla. Los postres, uufff, la mayor pena de la comida. No son caseros y se nota. No sé cómo en un sitio así no tienen postres caseros. No lo entiendo. La tarta de frambuesa con cobertura de chocolate blanco no estaba mal, el helado de fresa que la acompañaba estaba buenísimo. La tarta de queso muy decepcionante, con una base muy basta de galleta, la parte del queso nada potente y encima había una especie de mousse de limón que no le pegaba nada, de hecho es que mataba cualquier otro sabor y hacía parecer al resto, agrio. Cafés correctos. El precio 30,50 euros por persona, incluyendo alioli y dos servicios de pan. No está mal. A mi la comida en su parte salada me encantó y sólo por el foie y los huevos rotos volvería, aparte de que quedaron muchas cosas apetecibles por probar. Está genial porque tiene muchas opciones fuera de lo que ofrecen otros sitios de la zona. Volveremos.
Eva María G S
.
07 Mayo 2024
10,0