Restaurant Ca La Rosa Abella "Can Rosa D'abella" en Vilallonga de Ter

¡Muy bueno, comida típica, abundante!

Paramos al final aquí. Todos los restaurantes en la zona cerrados. Comimos bien y muy bien atendidos

Comida casera excelente, muy buen trato y un entorno genial.

Muy buena comida y recomiendo el entrecot , son muy amables y atentos un alto en el camino para reponer fuerzas y nos dejaron guardar las bicicletas en su casa frente al restaurante. Si volvemos por la zona repetiremos!!

Muy buena comida. Abundante y casero. La familia que lo trae, excepcional. Volvemos seguro, pero con reserva.

Comida casera de la zona, todo buenísimo, el servicio agradable y dando explicaciones sobre los platos del día y recomendaciones. Lástima de una mesa de 12-14 personas donde no tenían educación ni respeto al resto de comensales, dando voces, gritos, risas que no podías ni escuchar cuando hablabas entre nosotros, además sus hijos entrando y saliendo del comedor gritando y corriendo, ¡qué gentío!!!

Restaurante de montaña, familiar de trato agradable, correcto. Buena relación calidad precio. Muy recomendable, correcto y volveremos.

¡Todo buenísimo! Comidas caseras, de toda la vida, muy bien cocinadas, y postres espectaculares. Es necesario reservar, sobre todo en fin de semana, cuando hay más gente. ¡El alioli brutal! Se nota que hace muchos años que se dedican a su restauración. ¡Muy amables y vivarachas!

pequeño y acogedor restaurante familiar con magníficas vistas. Servicio muy amable y atento. Platos abundantes y bien cocinados a buen precio. Tienen menú de fin de semana y puede comer a la carta por unos 20-30€. Nada más llegar te sirven agua, patatas chips, aceitunas y pan con tomate con ajo y aceite para picar. Sin duda una gran elección.

Muchísimas gracias Restaurant Ca La Rosa por la perfecta atención. Mi experiencia a estado fantástica y excepcional en su restaurante. Hemos comido muy bien. Yo he hecho menú de macarrones, pies de cerdo (en su punto exacto), postres de crema catalana riquísima y finalizando con un digestivo de ratafia dulce. También se a pedido en la mesa canelones (buenísimos) y entrecot (buenísimo y que a llenado a un gran comensal). Hemos quedado sorprendidos y encantados. Ademas, el local es muy agradable y limpio. El comedor es familiar. El personal es cercano, perfecto y también familiar. Tanto, que gracias a su personal hemos podido visitar la pequeña iglesia de al lado (encantadora, de las de antes y preciosa). Muchísimas gracias por vuestra atención, vocación y devoción. No puedo estar más agradecida. 10/10