Can Ros en Burriana

Mis padres y yo hemos visitado en numerosas veces este restaurante y la verdad que la comida es espectacular. Ahora bien, hoy lamentablemente hoy no hemos disfrutado para nada. Avisamos que íbamos con un bebé y nos ofrecieron poner una trona. Una buena idea pero esto no sustituye al carro donde va y debe estar un bebé de 7 meses. Desde el primero momento se nos ha transmitido que el carro molestaba y tras vaciarlo y sacar todo lo que puede necesitar un bebé tan pequeño, lo han metido en el almacén. Nos han dicho que si queríamos algo avisáramos y lo sacaban pero evidentemente no vamos a estar cada vez que queramos algo avisando. Bajo nuestro punto de vista no molestaba pues la trona se podía quitar y poner el carro en la mesa redonda en la que estábamos. Hemos tenido que estar pasándonos el bebé para poder comer ya que, lógicamente un bebé tan pequeño no quiere estar sentado toda la comida en una silla, cuando en otros lugares lo hemos tenido sentado en el carro jugando con sus juguetes. Cuando se ha dormido, dado que no teníamos el carro, hemos tenido que tenerlo en brazos. En fin… después al ir a cambiarlo nos lo han tenido que sacar porque no hay cambiadores y tampoco podíamos volver con el carro a la mesa. Un mal sabor de boca para un día que tenía que ser bonito y familiar. La empatía del servicio con un bebé es 0. No recomiendo para nada ir si tienes pequeños, la sensación de hoy ha sido que les molesta si vas con un bebé. Una pena porque hemos estado en restaurantes similares e incluso de más nivel y no hemos tenido esta sensación.

Un restaurante muy recomendable, con unas paellas espectaculares, pero con un fallo, para mi incomprensible, un lugar como este con el precio de sus platos, y que te cobren 7€, por 8 aceitunas, contadas porque éramos 4 y tocamos a 2 por cabeza, y 4 mini rebanadas de pan, que además no habíamos pedido, cuando además estoy completamente seguro que saben que es algo ilegal, me pareció el borrón a una muy buena comida.

Muy buena experiencia, un arroz exquisito y una ensaladilla de diez

Arroz delicioso que encargamos al realizar la reserva. Nos dieron varias recomendaciones fuera de carta que estaban muy ricas. Quizá el tamaño de los entrantes es demasiado grande para una mesa para dos como la nuestra. Acabamos con el postre de cítricos, que tenia unas texturas sorprendentes y sabor delicioso!

Me pareció muy insistente el mozo diciéndonos que lo que pedíamos era poco. Insistía en que pidiéramos más comida, molesto, un plomo. Que haga una sugerencia es suficiente. El lugar y la comida muy bueno

La comida muy rica, comimos croquetas de entrante, arroz negro de plato principal y unos postres muy ricos. Ahora, el servicio deja mucho que desear. Fuimos porque nos recomendaron sus arroces, por lo tanto era lo que íbamos a comer. Al camarero LE MOLESTÓ que no pidiésemos entrantes, porque “el arroz era poco y nos íbamos a quedar con hambre”. ¿Quién es el para definir qué es poca o mucha comida? Se enfadó y siguió insistiendo en que debíamos pedir entrantes, por lo que acabamos pidiendo croquetas (queríamos 4 y terminamos pidiendo 8 porque nos insistió varias veces en que eran pocas). El arroz negro muy rico, aunque considero que las cantidades para el precio que tienen podrían ser un poco más abundantes. Muy recomendable la torta de queso y la torta de chocolate de postres. No volvería solamente para no tener que verle la cara al mozo que aproximadamente te amenaza si no pedis entrantes.

Can Ros , en Burriana, sirve cocina tradicional con toques modernos. Pero los claros protagonistas de la carta son los arroces, preparados a la leña de naranjo. Probamos la paella valenciana, estaba perfecta. De capa fina, y muy sabrosa. Pedimos también el pulpo asado con parmentier, estaba delicioso. Y ojo a la ensaladilla con perdiz escabechada. Buenísima. Los postres mantienen el buen nivel. La tarta de queso y el tiramisú deconstruido terminaron de conquistarnos.

De los pocos sitios para tomar una paella a leña bien hecha...y con excelente presentación

Los entrantes, paella valenciana buenisimo, pero los postres fallaron, no estaban al nivel. Lo que tampoco me parecio bien, que te sirvan algo que no pides, como pan y un chupito de cremita de puerros y no te adviertan que se cobra, para decidir si lo quieres o no.

Personal amable. Especialidad en paellas al horno de leña. La mejor que he probado y con productos locales. La única pega sería el secreto ibérico que estaba muy duro, por lo demás todo riquísimo y sin duda volveremos.