Bar Restaurante los Molinos en Valladolid

Hoy probamos la cocina de este restaurante, había oído hablar de el, pero la realidad supera lo oído o leído, muy buena la experiencia, patatas a la importancia con cocochas, su ensaladilla, callos, albóndigas, lagarto ibérico y los postres muy ricos, habrá que repetir

Tras tomar un vino y una tapa, llegó el momento que tanto miedo da. Por favor, ¿podrías ponerme un vaso de agua del grifo? Camarero: te pongo una botella mejor. Yo: No. No. Un vaso de agua del grifo, por favor. Desenlace: NO ME LO PUSO. No le dio la gana. Que en el 2024 sigamos negando, después de tomarme unos vinos y unas tapas, un triste vaso de agua de grifo (que debe ser gratis por Ley) y querer empapelarme una botella es mezquino y rastrero. La camarera jovencita, un aplauso pora ella. Los otros dos mayores... una pena. No vuelvo. Edito y añado tras la RESPUESTA del restaurante: - Os he puesto 4 en comida y 4 en ambiente. - El 2 en SERVICIO es gracias a la camarera porque a vosotros, y más con esta respuesta que has dado, os pongo un 0. Das VERGÜENZA, seas quien seas, más por esta respuesta que por no querer ponerme un lamentable vaso de agua, que, por desgracia, lo hace más de un restaurante/bar. No tengo nada contra el establecimiento. Valoro mucho este tema y siempre que me lo niegan (hasta 3 veces como a Jesucristo) pongo la reseña. ¡Un saludo y a seguir con esa política empresarial! Fantástica.

Restaurante muy recomendado de comida tradicional. Nos gustó todo mucho, desde las patatas a la importancia, calamares, rodaballo, ensaladilla... todo hecho con muy buena mano. Y el postre, la torrija con crema pastelera, espectacular. Bien de precio para lo que hay ahora mismo por otros lados. El salón es pequeñito pero acogedor y la atención es buena.

Servicio maravilloso,he estado celebrando con mi familia una comida,el primer detalle es que el comedor hay que bajar unas escaleras (muy pocas y cómodas)pero mi madre preferia que no, ya que la cuesta un poco y la cambiaron la mesa arriba.La carta es muy variada y además tienen bastantes opciones fuera de carta.Los guisos están ejecutados de forma impecable,las salsas ligadas y los puntos de cocción perfectos y el pescado en su punto ideal. Las croquetas cremosas y crujientes son muy recomendables, el rabo de toro estaba delicioso,las patatas a la importancia un espectáculo.Los postres también exquisitos ,para mí, a destacar la tarta de pistacho que era espectacular la cremosidad.Por último el precio muy adecuado.Si os gusta la comida tradicional y bien guisada,es vuestro local en el centro de Valladolid.

Comida familiar en sábado. Atención de los camareros estupenda. Comimos patatas a la importancia con cocochas, croquetas, ensalada de aguacate con burrata, manitas con alcachofas, caldereta de lechazo y lagarto. Compartimos todos los platos y todos coincidimos en que todos estaban buenísimos.Terminamos con dos postres: la torrija y la tarta de queso, tomamos varios cafés. De aperitivo nos pusieron un canapé de sardina que estaba buenísimo. De beber además de agua pedimos una botella de vino. Salimos más o menos a 23 euros por persona. La relación calidad precio no puede ser mejor. Lo recomendamos y volveremos.

El entrante de sardina ahumada(gratis) muy rico, luego pimientos rellenos, chipirones guisados, manitas y morro, y torrija de postre. Todo riquisimo y bastante abundante, la atencion muy buena. 78 euros con una botella de vino. Se echan en falta sitios asi, que sepan guisar comida tradicional, solo me quedo con ganas de repetir.

Comimos en la barra , patatas a la importancia con cocochas , rabo de toro y media de ensaladilla . Muy bien guisado , con sabor, buena calidad … muy recomendable , con ganas de volver porque su carta es de las que me gustan .

La atención fue impecable. Nos hicieron recomendaciones perfectas sobre los platos. La caldereta está deliciosa, la tarta de pistacho igual. Fuimos por recomendación pero volveremos seguro al haber descubierto este restaurante con buena comida y mejor atención.

Tercera visita a la taperia de Ernesto, está vez nos pilló golosos y después de unas tostadas de pulpo (buenísimas, con pan brioche!) pedimos el postre del chef y está fué nuestra sorpresa. Trampantojo de tomate: helado de chocolate blanco con albahaca, crema de fruta de la pasión, y tierra de galleta. Im-pre-sio-nan-te

No era la primera vez que iba a los Molinos ( ya había probado la fabulosa tortilla de calabacin con queso que hacen) pero si que es cierto que nunca había comido allí. Qué decir: la ensalada de aguacate con burrata y tomate estaba deliciosa y la tortilla de bacalao buenísima también.