Restaurant La Dolce Vita en Tarragona

La comida era realmente excelente, pero lamentablemente la relación precio/rendimiento no era la adecuada. El servicio pierde basura y simplemente la deja ahí tirada y pasa varias veces por delante y no le importa en absoluto que esté ahí.

Fuimos sin saber que encontraríamos y, seguramente, ¡fue mucho mejor así! Realmente buenísimo todo, pero todo, desde los entrantes hasta el postre, una auténtica sorpresa vaya. La atención recibida también fue muy buena, haz del minuto uno, interesados ​​en si estábamos a gusto y pendientes de si necesitábamos algo más. Y el hecho de estar cerca de la piscina es un buen plus si te apetece un baño! 🏊 Los niños se lo pasaron muy bien! También es accesible para cochecitos de bebés y sillas de ruedas. Tenga en cuenta que está dentro del Tamarit Resort Beach y sólo se puede ir si estás alojado allí.

Todo, absolutamente todo... BUENÍSIMO. no hay más que decir ❤️😍

Increíble la comida y la elaboración del plato sobretodo abundante, en mi caso una milanesa de ternera con pimientos y patatas. Una de las cosas a valorar el trato que tienen al cliente empezando por el encargado Eric que se preocupa que todo esté en orden y Andrea y Joaquín que son los que me han atendido grandísimas personas. Volveré!!

Las costillas estaban buenas pero nada más con verduras pobres y no muy bien presentadas. Muy bueno solucionando problemas, eso es todo.

Se hace junto a la piscina pero con herramienta. La pizza aquí es infinita. Personal muy amable. Sólo podemos recomendarlo.

Comimos una pizza con una ensalada para compartir entre 2 y nos quedamos bien. Calidad-precio excepcional. Muy recomendado para ir con niños ya que pueden jugar y levantarse sin molestar.

Desafiando lo que uno suele encontrar en un camping, buena calidad en su comida. Recomendable.

Recomendable el "JUCAFE " , café especial y con cariño de Joaquín ☕️👌

Este año hemos ido 2 veces, una para comer y otra para cenar. Cuando llegamos al camping a las 12, fuimos a reservar para comer a las 14:00 y sin problemas tuvimos mesa, pero una tarde que decidimos de improviso cenar ahí, fuimos a reservar a las 18:30 para las 22h, me dijeron que era totalmente imposible ya que lo único que tenían libre para llevar o cenar en el lugar era a las 19:30 o a las 20:00. Al final, tomamos algo en el bar y un que iba conmigo le pregunto al camarero y nos dijo que podíamos sentarnos a ls 19:45 y pedíamos más tarde. Al final cenamos a ls 20:30 pero lo más curioso que más de la mitad de mesas estuvieron vacían todo el tiempo q estuvimos con lo que me decepcionó esta gestión. El cuanto a la comida: Las patatas bravas están muy buenas pero le falta un poco de crujiente en las patatas y un poco de salsa. Las pizzas de la hora de comer estaban buenísimas, la de quesos no estaba nada fuerte y la mezcla de quesos era perfecta y cuando mordías la porción, el queso estaba cremoso y elástico aunque s partía perfectamente, igual la de jamón y la nela.. en cambio por la noche, todas las pizzas parecían como si estuvieran hechas con anterioridad y que solo les faltara un último horneado . Cuando dabas un mordisco a la pizza te llevabas literalmente todo el topping de la pizza en bloque. Tanto mis hijos como yo, pedimos las mismas pizzas para la cena como para la comida y coincidimos en la valoración. Los tortellini piamontesse, estaban buenos pero 14€ para los 10 que vienen en el plato, el precio creo es excesivo. En cuanto a la atención, hay para todos los gustos, desde el camarero súper atento, agradable y educado hasta el que parece que murmura cuando trae un plato y no tiene ganas de trabajar. La calidad precio: pagamos entre 19-20€ por persona y es un precio medio pero realmente hay unos platos cuyo precio es muy elevado y hay otros que lo valen. Pongo 4 estrellas por la diferencia tan grande de cocinado entre la nochhe y el día