25/05/2024: La comida muy rica y el sitio tambien. La camarera con una actitud pesima y sin ganas de trabajar y ni te escucha cuando le hablas. Reservé terraza y cuando llegué me dijeron que no. Considero que es un sitio bien, con precios elevados que no pueden dar un servicio asi.
16/05/2024: Un servicio decepcionante.
Voy a intentar ser lo más sincero posible con mi comentario y a no dejarme llevar por la parte mala de la experiencia durante la cena de ayer (de hecho, he dejado pasar un día entero para no publicar un comentario de castigo).
Fuí ayer a cenar con mi pareja para celebrar mi cumpleaños. Teníamos mesa reservada. Enseguida nos sentaron. El restaurante es acogedor aunque creo que el ambiente íntimo no funciona si escasea tanto la luz que ni siquiera puedes leer bien la carta. No vi por ningún sitio las paredes de piedra tan bonitas que aparecen en las fotos y sí me pareció ver un exceso de mesas y la justa distancia de seguridad. Tras sentarnos nos dimos cuenta de que algo no funcionaba. Camareros arriba y abajo sin parecer tener las cosas que hacían y a dónde dirigirse muy claras, y nosotros sin tener las cartas. El servicio parecía sobrepasado, cierto es que había mucha gente, pero en un restaurante que se ve venir que no va a ser barato... Nosotros seguíamos sin carta. 20 minutos tardó el primer camarero en acercarse para preguntarnos si ya habíamos pedido. Le dijimos que todavía no nos habían traído las cartas y le dijimos que nos trajera también una botella de agua. De repente se sienta a nuestro lado una mesa de 8 personas y les traen las cartas, antes que a nosotros. Y por fín nos las traen. 25 minutos en total: cartas sí, agua no. Tuvimos que reclamar el agua y al fin pedimos la comida. Para mi gusto a la carta le falta un plato japonés con punch. Mucho maki, nigiri, sashimi y poco más que pollo teriyaki y tataki de atún. Ninguna opción de sushi variado. Elegimos unas gyozas y cuatro platos de maki. 20 minutos más para el agua y las gyozas, y 25 minutos después llegó el primer plato de maki. El camarero pidiendo disculpas por los problemas con el servicio, mi mujer diciéndoles que se suponía que debía ser una noche especial de celebración de cumpleaños, 50 años nada menos, y estaba siendo decepcionante. En una hora y cuarto nos habían servido una botella de agua, seis gyozas y un plato de ocho maki, y se acerca la pobre camarera, una chica joven, a retirar el plato y pregunta si todo bien. Pobrecita, creo que fué la única que de verdad se preocupó de que tuviéramos buena atención y la que se llevó la bronca. Finalmente llegaron el resto de platos, pero esto ya no se podía arreglar. Casi se me quitaron las ganas de tomar postre, aunque me moría de ganas de probar ese Lemon Pie del que tan bien hablan todos. Finalmente lo pedí, y me lo sirvieron muy rápido sabiendo el descontento que teníamos con el servicio del resto de la noche. El Lemon Pie está espectacular, lo mejor de la noche sin duda y con diferencia. Un postre que de verdad valió la pena. Sobre el resto de la comida debo decir con toda sinceridad que estaba buena, algunos platos más que buenos, pero que no me pareció que justificara su precio, que es elevado. Después de pagar nos invitaron a una copa de un buen cava (que abrieron delante nuestro para nosotros) para intentar suavizar el mal sabor de boca que nos había quedado tras un servicio nefasto. Yo solo podía decir una palabra: decepcionado. Una noche que debía ser especial acabó con un desastre de servicio en un restaurante que con lo que cuesta no debería permitirse errores así. No volveremos, y si lo hiciera sería solamente para comerme un Lemon Pie. No incluyo fotos porque no me apeteció hacerlas tal como se fue desarrollando la noche.