La Cabana en Cangas de Onís

Pedimos el asadillo de pimientos y el revuelto de entrante y estaban espectaculares. De segundos paletillas de cordero y solomillo, buenísimos también.. Todo en el punto perfecto. Los postres muy ricos y caseros, se nota la buena mano del cocinero. Repetiremos, la fabada está de premio aunq esta vez no la pedimos.

Comida excelente, buscábamos algo casero y específico de la zona y acertamos, la camarera muy amable y atenta, recomendable 100%

La fabada genial. Otros sitios la cargan de chorizo y tocino, pero esta tenía el equilibrio buenísimo, contundente pero fina de grasa. Las fabes hechas suficiente, pero sin que se desmenuzen solas. El entrecot pedido poco hecho o un poco más del punto (probé los dos) ambos geniales, con flor de sal y muy bien conseguida la caramelización de fuera. El pan está cocido allí mismo en el horno refractario que preside el salón a temperatura de 300 grados. El cachopo es de tamaño ominoso para cualquier español, aunque lo llamen pequeño (es cierto que es pequeño comparando con otros de Asturias) . Estaba bueno según mi compañero. Servido con patatas de la huerta cortadas a mano. El cabrito asado tiernísimo. También hay cochinillo asado en el horno de leña. El mejor postre para mí fue la compota de manzana, que no es puré, sino gajos de manzana en un cuenco en ramillete, con un toque de canela y almíbar no demasiado dulce. Genial simplemente. Aquí nada falla. Un 10 a cocineros y cocineras y todo el servicio, con un precio espectacular.