Culler de Pau en O Grove

Un descubrimiento muy agradable con platos elaborados con productos locales realzados con los olores y aromas de la huerta. La vista es magnifica Servicio atento

Estuvo bien, fue bonito, pero pregúntate realmente: ¿te encanta la cocina gallega? Si no, esto no te convertirá. Estuvimos en Terra la noche anterior y eso era más de nuestro gusto (más embutidos y ahumados). Muy creativo y poco convencional, jardín fresco (en construcción) y vajilla.

Impresionante, no hay ningún plato del menú que te deje indiferente,mezcla de sabores y texturas,buena presentación ,materia prima tratada con maestría y cariño. Todos muy amables y atentos pero sin agobiarte. Gracias por la exoeriencia

Increíble, el mejor 2 estrellas en el que he estado, para mi merece 3, pero claro yo no trabajo para Michelin

Un placer para los sentidos, sabor, color, aroma, belleza..... y sobretodo, la sensibilidad de Javier que se manifiesta en cada detalle de su trabajo y de su trato. Gracias.

Una experiencia inolvidable. Desde que entras por la puerta te ha en sentir en una atmósfera en la que la gastronomía y los sentidos exploran sus límites.

Finales de Marzo 2024 y un magnífico día justo antes de las lluvias de la borrasca Nelson. Todo según lo esperado en el Culler de Pau. El menú no fue exactamente el que tienen en la web. Hubo un plato que cambió, habiendo elegido el menú más largo. Atención excelente sin ser excesiva ni pretenciosa. Javier te atiende y explica alguno de los platos. Creo que deberían ofrecer alternativas a la infusión de café. Es cierto que es original por su preparación y que no encontraremos algo tan natural, preparado delante y al momento. No necesita ni azúcar. Sí, es algo distinto y por qué no probarlo, pero también se pueden tener excelentes cafés "tradicionales" por si alguien los prefiere.

Una experiencia de alta gastronomía en un rincón privilegiado. Hemos ido al menú largo, y hemos estamos 3 horas degustando una gran cantidad de productos de la tierra. El servicio y la atención de todo el personal son geniales desde que llegas al aparcamiento. Los platos, al ser tantos, pues es normal que unos gusten mucho, otros sorprendan e incluso alguno “no diga tanto” como podrías esperar, de hecho, nos sorprendió y esperábamos un poco más de sabor en algunos platos. El Chef Javier se pasó por nuestra mesa un par de veces para comentarnos platos y para preguntar si nos había gustado, muy campechano y cercano. La única lástima, y que no depende de ellos, son las vistas que se quedan un poco chafadas por un trocito de finca que hay dentro de su terreno, que es de otra persona, y que está completamente descuidada, con una especie de tuberías que afean el entorno, ojalá puedan solucionarlo. Por lo demás, en cuanto al precio, hay que saber que son 190€/persona, por una “experiencia”, no solo por la comida. Una vez dicho esto, hay 2 cosas “negativas” que mejoraría. La primera es el trato del personal de sala, que es muy muy profesional, pero para mí gusto, es impersonal (tal vez haya gente que prefiera ser tratado así). Y la segunda cuestión, es que la diferencia de precio con otros restaurantes con una estrella, en mi caso, no vale la pena, pero decir si es caro o barato es muy personal también , ya que cuando uno va a un estrella Michelin, sabe a lo que va, y lo que está dispuesto a pagar.

Lugar emblemático de la gastronomía gallega, dos estrellas michelin. Todo muy profesional como se esperaba. Pedimos menú degustación creo que el intermedio. Todo bien, no se si es porque es un dos estrellas, pero igual esperaba algo más arriesgado y atrevido en los pases. El café que hacen alli mediante una especie de destilado con vacío y que sirven en copa de vino, para mi es un agua chirla, yo lo revisaría. La cantidad de cocineros que se ven moverse como relojes suizos en cocinas es de alabar. Para ir una vez al menos. Servicio correcto. Charlamos al final en la mesa con el gran Javi Olleros, gran persona.

Impresionante, la atención, el lugar, la vajilla, cubertería y el menú. Escogimos el largo, 3horas comiendo, y disfrutando de cada bocado. El servicio atento para recibirnos a las puertas, acompañarnos a la mesa. Sólo un detalle que no me gustó y es el volumen de voz de algunos clientes de otra mesa, que por momento deslucia nuestro disfrute.