Una grata sorpresa.
En una ciudad absolutamente concurrida (y en un año imposible) se encuentra un bar con mesas disponibles, y ahí comienza el espectáculo.
Una carta perfecta, más que suficiente y fácil, muy fácil.
La comida perfectamente cocinada con un sabor maravilloso.
Lo que esperas cuando quieres salir a tapear o tomar algo típico de la gastronomía del lugar.
El servicio amable y el ritmo de salida de platos impecable y justo.
Y precios correctos, no inflamados con el descontento de la subida del nivel de vida.
En fin, más que recomendable.
Volveremos y volveremos con más personas.
Totalmente contentos y conformes.
Por ese camino llegaréis lejos en el tiempo.
Y bueno, nosotros hemos comido dentro pero tiene una terraza muy agradable también.
Buen trabajo equipo!!